2000 - 2010

Con el comienzo del milenio, la obra de Planas experimenta una mutación y parece decirnos que lo que vale es mostrarse claro, directo, sin trampa ni cartón. Frente a las obras de aquellos años se entiende sencillamente que la pintura es la pintura. Se vuelca en suscitar atmósferas inmateriales sublimadas por el color y la luz. En las que, además, existe una búsqueda por una nueva modulación espacial mediante monocromos y recreando espacios indeterminados. Todo enrevesamiento en el análisis de la obra de Planas caería en el ridículo por exceso de discurso sofisticador.
Precisamente por lo contrario de la retórica europea, Andrés Planas se acerca a los artistas norteamericanos adscritos al expresionismo abstracto y tan seducidos por la luz, como por la oscuridad y los colores sensuales. Debido a esa influencia, fue ampliando el formato del lienzo para suscitar en el espectador una sensación de sumergimiento sensorial en la imagen, a la manera de pintura arquitectónica que, lejos de continuar con una tradición figurativa o impresionista, logra conmover al espectador con un puro tratamiento de superficies y tensiones entre la oposición de distintos colores.